jueves, 14 de junio de 2007

El Dios Hanuman

Sigo en la nota de los Dioses de la India, me parece muy interesante la historia que se encuentra detras de tantos nombres raros.


Hace poco conocí un poco más de este señor Hanuman, el es considerado protector de los enamorados, símbolo de la lealtad, valor, fidelidad, abnegación y amistad. Su imagen puede ser vista en casi todas las instituciones oficiales de India, desde la policía y el ejército hasta la casa de los que dedican su existencia al servicio de los demás.

Una parte muy importante y es la que me identifica mucho con este Dios, dedica sus existencia al servicio de los demas, un ejemplo maravilloso, para todos aquellos que vivimos bajo la ilusión de que por que la vida nos trata "mal" todo el mundo está en deuda nosotros, es MARAVILLOSA, la energia sanadora que tiene el hecho de DAR sin esperar nada a cambio y ser leal a nuestros sentimientos.

Cito.

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El viernes 21 de Mayo se recuerda en India el día de Hanuman, quien representa para la Religión Hinduísta la expresión del más fiel devoto y servidor del Señor, representado en ese momento por Sri Rama.

Este ejemplo de humildad y lealtad incondicional al Señor, encarnado en otra era en un cuerpo de hombre-mono, es hijo del Dios Vayu (el aire), por cuanto tiene descendencia divina.

Su historia, relatada en el Ramayana (Historia de Rama), toma un lugar de privilegio, pues es quien rescata a Sita, consorte de Sri Rama, de manos de Ravana, el demonio lujurioso que la había raptado.

Muchos y bellos son los relatos que se pueden leer acerca del encuentro de éste con Sri Rama y las hazañas que llevó a cabo para poder rescatar y entregar a su Señor, la amada Sita.

Pero el hecho más recordado y que demuestra su total entrega es cuando, la hermosa Sita le entrega a modo de regalo su bello collar de perlas como agradecimiento a la generosidad y heroísmo, a su devoción y dedicación, y Hanuman rompe este collar y va partiendo perla por perla entre sus dientes, tirándolas con repugnancia.

Cuando le preguntan acerca de esta conducta, respondió: "Sólo estaba tratando de examinar para ver si estas perlas tenían a Rama dentro; no pude encontrar a Rama en ninguna de ellas, así que las tiré. Si una cosa no tiene a Rama en ella, para mí es algo sin valor, como una piedra".

Ante esto, uno de los sabios que estaban presentes le inquirió: Hanuman, dices que no usarás, comerás o llevarás contigo cualquier cosa que no tenga a Rama, bueno, tu llevas tu cuerpo, no es así?, llevas el sonido de Rama en ti?. Hanuman aceptó el reto, se quitó un solo pelo de su muñeca y lo puso junto al oído del sabio. ¡Milagro! El pelo estaba recitando "Rama, Rama, Rama", sin interrupción.

La lealtad de Hanuman y su devoción a todo lo que pertenecía a su amo era profunda y sincera.

Ésa es la razón por la que siempre tenía éxito, cualquiera fuera la misión.

"Hanuman había logrado coordinar el pensamiento, la palabra y la acción. Por lo tanto, tenía la distinción singular de ser grande en fuerza física, estabilidad mental y carácter virtuoso. También era un erudito que había dominado, sobre todo, las seis escuelas de gramática. Sabía los cuatro Vedas y los seis Shastras. El Gita dice que un erudito es el que ve la misma fuerza divina motivando a todos. Hanuman era un buen ejemplo de esta perspectiva. Él no se enorgullecía de lo mucho que sabía; era la expresión misma de la humildad, nacida de una genuina sinceridad y sabiduría. Él se daba cuenta de que el principio de Rama estaba iluminando a todo ser, y lo adoraba por encima de todo. La visión de Rama eliminó todos sus pecados, el hecho de tocarlo consumió todas las consecuencias de sus actos en vidas pasadas, y su conversación inundó su mente de alegría. Ésa es la experiencia de todos los que reciben el impacto de la Divinidad. Hanuman se volvió el mensajero de Rama, captando el significado y propósito de las órdenes, las llevaba a cabo en su totalidad hasta que se hubiera cumplido el propósito. Cualquiera que fuera el obstáculo, nunca retrocedía en sus esfuerzos, y rendía cuentas sólo después de que estaba satisfecho con el resultado de su misión. Nunca calculaba los pro y los contra: ¿puedo triunfar?, ¿porqué soy yo elegido para esta misión?, ¿porqué he de considerar las posibilidades de éxito o de fracaso? "Rama, quien me escogió, tendrá la responsabilidad". Él decía orar y lo hacía lo mejor que podía. Hanuman había establecido su vida sobre las bases de la verdad y la rectitud. No tenía lujuria ni ira".

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