miércoles, 25 de abril de 2007

El perdón nos libera.

Hoy ando en una nota de perdón, perdono al cabrón ese que no supo traducir los subtitulos de la pelicula 300 que alquilé anoche, Brother donde quiera que sea que estés TE PERDONO WON! Y que te lleve el ozono. Anda para la Academia de Idiomas PETER para que te enseñen a traducir correctamente "My Good King" y no pongas "Michael el Rey" Sapo!!!!

Introducción:

¿Qué sensación despierta en nosotros un espíritu no perdonador? Desasosiego, desesperanza y estancamiento espiritual. Es tanto como la historia del hombre que vio morir a sus padres en un campo de concentración Nazi. Con el paso de los años, libre de esa pesadilla, buscó en archivos fotográficos muy antiguos y cuando encontró un registro del lugar en que fueron muertos sus progenitores, lo pegó en una habitación de su casa. Y siempre que se acordaba de su padre y de su madre, iba hasta el lugar donde estaba la gráfica e inmediatamente volvía a sentir el mismo odio que por años lo acompañó al pensar en los alemanes.

Alguien así somos usted y yo cuando persistimos en los recuerdos amargos de quienes nos han causado daño. Pero si, asidos de la mano del Señor Jesús, nos inclinamos por el perdón, encontraremos libertad.

I.- QUIEN MAS SE PERJUDICA ES AQUEL QUE NO PERDONA

¿Qué produce la falta de perdón?

1.- Produce enormes impedimentos para amar y ser amados.

2.- Produce reacciones de resentimiento hacia quien nos causó daño.

3.- Produce daño emocional y físico a quien experimenta ese rencor.

Ilustración: Recuerdo a una mujer a quien por varios días estuvimos orando en procura de que sanara. Experimentaba insoportables dolores en todo su cuerpo. Orando en cierra ocasión, el Espíritu Santo me iluminó para que le preguntara si odiaba o guardaba resentimiento contra alguien. La mujer lo confirmó. No podía resistir siquiera pensar en su yerno. Cuando venía a su memoria, sentía que le "había robado a su hija". La llevamos a un proceso de perdón y sólo de esta manera cayeron los muros que impedían su sanidad.

¿Qué hace quien no perdona?

4.- Siente que aquél que le causo daño, "le debe algo":

a.- Asume la posición de "No perdono hasta tanto me pidas perdón". Como pasan los días y no advierte esa actitud, expresa su rechazo verbal y gestual a quien considera es el causante de su resentimiento.

b.- Decide prorrogar su resentimiento por tiempo indefinido como una forma de expresar hacia él o ella palabras que la hieran, o al menos pensamientos en los que imagina, está tomando venganza.

3.- Genera estancamiento espiritual:

a.- No perdonar es uno de los frutos de la carne

b.- Quien perdona, crece espiritualmente porque afianza en su vida los frutos del Espíritu Santo

5.- Experimenta falta de paz interior y exterior.

6.- Aviva el deseo de tomar venganza.

II.- QUIEN NO PERDONA, REFLEJA SU RENCOR Y RESENTIMIENTO EN LAS RELACIONES CON LOS DEMAS

1.- Reacciones de no perdón

2.- El resentimiento y la falta de perdón se "transpiran".

3.- Lo grave es que quien no perdona, desconoce que "transpira" rencor en sus relaciones interpersonales.

4.- La falta de perdón puede permanecer por años.

¿Hacia quiénes pudiéramos guardar rencor por años, sin proponérnoslo?

a.- Hacia los padres.

b.- Hacia las personas con las que tuvimos una relación sentimental traumática.

c.- Hacia nuestros hermanos y amigos, de quienes sentimos, nos fallaron alguna vez.

III.- ¿POR QUÉ EXPERIMENTAMOS FALTA DE PERDON?

1.- Experimentamos falta de perdón por las heridas provocadas a conciencia por terceros.

2.- Experimentamos falta de perdón por la forma errada como percibimos que aquello que dijeron o hicieron "era a propósito" para herirnos, muchas veces sin que hubiese mediado ninguna intencionalidad.

3.- Por un deseo represado de tomar venganza que nos lleva a dilatar cualquier arreglo.

¿Por qué no se arreglan las situaciones:

a.- Por el orgullo de quien nos causó daño.

b.- Por nuestro orgullo de no dar el brazo a torcer.

c.- Porque esperamos que los demás den el "primer paso".

IV.- ¿CÓMO IDENTIFICAMOS EN NOSOTROS UN ESPIRITU NO PERDONADOR?

1.- Cuando sentimos molestia apenas encontramos a consideramos que nos hizo daño.

2.- Cuando aprovechamos la más mínima oportunidad para criticar a quien nos causó daño.

3.- Cuando recordamos vívidamente el daño que nos causaron.

4.- Cuando sentimos que nuestra vida es un "caos" por el daño que nos causaron.

V.- PARA PERDONAR SE REQUIERE UN CAMBIO DE ACTITUD.

1.- Debemos reconceptualizar la idea de que el perdón es para los "bobos" y el rencor y la venganza para los "vivos".

2.- Cuando identificamos dónde tiene origen nuestro rencor a partir de tres preguntas:

a.- ¿Dónde comenzó mi resentimiento?

b.- ¿Qué me dijo o hizo la persona que considero me hizo daño, para sentirme así?

c.- ¿Qué puedo hacer –como por ejemplo perdonar—para que la situación cambie?

3.- Usted está en libertad de informarle a quien le hizo daño que "lo perdonó", pero también, de guardar con prudencia esa decisión y más bien, cambiar su trato.

Conclusión:

A cierta mujer que por años sufrió el martirio de recordar a un hombre que la abandonó con tres hijos todavía pequeños, y que traía a su memoria esos instantes para sentir el mismo dolor. Todo marchó igual hasta el día que decidió ir a la playa y arrojar allá todo su pasado, recordando que al igual que las olas que vienen a la playa y se retraen de nuevo para dar paso a una nueva ola, su vida debía abrirse a las nuevas oportunidades en Dios que comenzaban cada mañana.


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